martes, 7 de junio de 2011

Spa Christchurch NZ

Con la idea de vivir esta experiencia de otro modo, y buscando nuevos horizontes en el wwoof, conocimos a Paru, una mujer francesa que necesitaba ayuda en su spa de Christchurch. Una vez que acordamos por mail y por teléfono el día que ella necesitaría nuestra ayuda, partimos a su encuentro.
En Christchurch nos llevó a comer a un restaurante de Vietnam, exquisito!
De allí, manejamos nuestro auto, siguiéndola (casi imposible, manejaba muy rápido!), casi 45 minutos de subida por una montaña. Ya eran las 7pm y no se veía nada… Parecía una casa en medio de la nada, muchas plantas y mucho frío!
Nos dio una habitación aislada de la casa, decorada maravillosamente con tonos latinos - alegremente nos decía.
No entendíamos mucho a qué se dedicaba o cómo era, nos hablaba en francés, español e inglés, pero hablaba de muchas cosas y nos confundía bastante.
Al otro día, el sol trajo claridad en todos sus aspectos. Nuestra habitación tenía una vista casi soñada al mar turquesa! Alusinante!
Ella, Paru o Karen, según su pasaporte, se dedicaba a ofrecer su casa y su maravillosa vista al mar y a la vida, para aquellas personas sufridas del mundo que necesitaban paz. A este lugar maravilloso le llamo Shunyata.
Esa mañana llegó Raquel, una australiana perdida en el mundo por conflictos pasados y se instaló en su casa por 1 semana. Le practicaba yoga, meditación, reflexología, jacuzzi, sauna, masajes, comida vegetariana para limpieza del alma y el cuerpo, y algunas otras actividades que nosotros no conocimos…  http://www.journeyessence.com/
A su vez, Paru, era agente de viaje y conocía cada lugar maravilloso del mundo, te podía contar sobre todos. Había viajado por todos lados, conocía Mendoza! Atendía a sus clientes por teléfono y por mail, super organizada.
Nuestro trabajo era de mantenimiento de la casa mientras ella trabajaba.
Como pegamos muy buena onda con ella, ya que todas las actividades que ella practicaba en el spa nos encantaban, nos permitió ser parte de muchos de los rituales que le aplicaba a sus clientes. Por ejemplo, a las 8am hacíamos yoga, comíamos la comida vegetariana de limpieza que ella cocinaba, hacíamos algunos viajes juntos (por ejemplo, a la playa), realizábamos meditación a las 6 pm y hasta usábamos el sauna!
Mi trabajo en sí era prender las velas para yoga, oxigenar el agua que se bebía, limpiar la cocina (poner los platos en el lavaplatos), ordenar papeles, pasar la aspiradora, tender ropa, muy tranqui. La peor parte la llevó Darius que le tocó limpiar el jardín, cortando el pasto con una cortadora bastante vieja, sin motor, y podar plantas. Pero a las 13am, ya estábamos libres y nos dedicábamos a caminar por las montañas y conocer cada vez más vistas hermosas.
Aquí vivimos una réplica del sismo, tranquilo… pero inigualable sensación!
Recomendamos la experiencia de arriesgarse y encontrarse con nuevos desafíos para justamente, poner a prueba tus valores.
Buena suerte con tu elección!

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